Matando el tiempo

No podía creer que hubiera aceptado su propuesta, la felicidad lo invadió por completo al haber obtenido una respuesta afirmativa, correspondió el abrazo, ocultando su rostro en el cabello del menor, mientras acariciaba las sedosas hebras, llenandose de su dulce y agradable aroma, besó su cabello y después tomó su mentón con delicadeza invitándole a alzar el rostro para así poder encontrarse de nuevo con aquellos ojos.

-Gracias...- susurró sobre los labios ajenos, algo le atraía hacia ellos, por lo que sin pensarlo más lo besó con ternura, probando su agradable sabor, era tan dulce y delicado, bajó sus manos hasta su cintura, abrazándolo en un gesto algo posesivo, mientras continuaba difrutando de aquellos suaves labios, su lengua se atrevió a lamerlos apenas un poco, pidiendo permiso para conocer el interior de su boca.

Cada gesto, cada palabra, cada acto que el otro hacía, provocaba en el menor un estremecimieto en todo su frágil cuerpo. Eran tantas las emociones que le embriagaban, la mayoría bastante nuevas y extrañas para él, pero no dejaban de gustarle...

Sintió el cálido besos sobre sus cabellos, deseaba sentir esos mismos labios sobre los suyos. Aquél pensamiento le provocó un tenue rubor sobre sus mejillas, el cual aumentó al percatarse que su deseo se había hecho realidad. Los suaves labios del modelos apricionaban contra los suyos, cerrando lentamente sus ojos para dejarse llevar mejor por su beso, él era un verdadero novato en ésto, sería de labios puros si nu fuese por aquella vez...

Se erizó un poco al tactar la humeda lengua acariciar sus labios, como pidiendo permiso de ingreso. Esto hizo que sonriera un poco sobre los labios ajenos, y entreabiera un poco su boca, con justo el espacio para que él indagara lo que quisiera sobre su pequeña cavidad, y ésta, sin antes ser provada. Elevó ambas manos suyas, acariciando su espalda con las suaves yemas de sus dedos, recorriendola de abajo hacía arriba, y viceversa. Tenía un cuerpo fornido, pero delgado, típico de modelo, nada comparado al suyo que de lo delgado y flasido, era como si se pudiese quebrar.

[ Off: Lamento si me demoré u.u Es que estuve ocupadita estos días ~ ]

Cuando sintió como los labios del otro se separaban, dudó unos segundos, quizás estaba actuando de una forma demasiado impulsiva, sin embargo aquellas dudas se disiparon rápidamente al sentir las delicadas manos ajenas en su espalda, sus labios jugaron con los del menor un instante más antes de introducir su lengua en aquella cálida cavidad, tenía un sabor dulce, sabía que no era el sabor del helado que aún permanecía en su boca, era algo más, algo que le agradaba y que podía terminar volviéndose adictivo.

Dibujó con uno de sus dedos la columna contraria, percatandose de lo delgada que era, tan frágil y delicada que tenía miedo de poder romper aquel cuerpo entre sus brazos, se separó sin desearlo cuando su cuerpo le recordó que también necesitaba aire.

Su respiración estaba algo entrecortada, sus ojos buscaban los ambarinos del otro, aquellos ojos que le mantenían hechizado, sonrió levemente, sin soltar su cintura, mientras acariciaba con el dorso de su mano la mejilla del menor, algo le decía que no podría cansarse de la sensación de tocar esa suave piel, que no podría quitarse al jovencito de su mente, aunque esto era lo que menos quería.

Su mente no hacía más que emanar pensamientos contradictorios, tal vez ahora entendía mejor el porque de su nombre, aquel niño era su debilidad, pero si no estaba con él se sentiría completamente débil, necesitaba tenerlo cerca y protegerlo en lo que pudiera, era como si sólo existiera para estar con él.

Abrazó al chico atrayendolo más hacia si mismo, apoyando su frente en el hombro del otro, sin decir nada, intentando controlar sus pensamientos.


[Off: No te preocupes a todos nos pasa ^^]

Correspondió el suave y firme abrazo que le estaba brindando el ojiazul, acercandose más contra él, a tal punto que casi no quedaban centímetros que les distanciaran. Anhelaba que ese momento durase para siempre, de tal modo cerró sus ojos para así poder disfrutarlo más aún.

Sus finos dedos comenzarón a acariciar sus cabellos, jugando con cada hebra oscura perteneciente al mayor. Tatró de dejar su mente en blanco, eran tantos los pensamientos que le nublaban y confundían, que prefería mejor no atormentarse, no en ese preciso momento.

Dejó pasar unos cuantos segundos, sentir su cuerpo cálido contra el suyo le causaba extrañas sensaciones. Finalmente sacó su suave voz, para así susurrarle al oído.

- Nee... ¿A-Ah dó-dónde vamos ahora...? -Preguntó tímidamente, aunque un tanto aterciopelado, como era costumbre en él.

No era que quisiera alejarse de aquél chico, ni cortar el momento, por todo lo contrario, deseaba seguir así por horas, pero pensó que lo mejor era pasear un rato más a su lado, para así cultivar más recuerdos con su compañero.

Se incorporó al escucharlo hablar para poder ver su rostro, sin soltar su estrecha cintura, no quería romper aquel contacto, temía que si lo hacía, el menor fuera a desaparecer repentinamente, tal vez era un pensamiento rídiculo pero simplemente no podía alejarlo de su mente. Meditó en silencio unos segundos, antes de responder.

-Vamos al bosque como habíamos dicho ¿no?- Le sugirió acariciando los largos mechones que enmarcaban aquel inocente rostro, llegando a rozar las mejillas del chico. -¿O quieres ir a otro lado? tú sólo dime y vamos- Le dijo sonriendo cálidamente uniendo sus manos y entrelazando sus dedos, le agradaba tanto aquella calidez que desprendía el más joven, besó la frente del otro, en un gesto de ternura, no podía creer que se estuviera comportando de ese modo, sin embargo no encontraba modo de evitarlo.