Esconderse es peligroso... [Libre]

Ya estaba harta de las charlas de sus amigas, ropa, zapatos, no era como que no le gustaran esas cosas, pero tampoco gustaba de estar toda la tarde de tienda en tienda, a menos que tuviera dinero.

Se alejó de ellas con la excusa de tener irse a casa, y a penas estuvo a varios metros, y se cercioró de que ellas no estaban mirando, dobló rápido en el callejón y se escondió allí, hasta que sus amigas se fueran, y suspiró aliviada de no tener que mirar más zapatos de tacón alto que le causaban dolor en los pies de solo mirarlos.

Pero al notar que entró en un callejón tan oscuro, sintió escalofríos, y estuvo a punto de salir de allí cuando se sintió halada por la chaqueta y jalada hacia atrás.

Un hombre comenzó a tocarle las piernas.- ¡Nooo! -Gritó fuerte para que la oyeran, y varios miraban al callejón, pero no se atrevían a acercarse, y sintió un pinchacito en la espalda, nada que la hiriera, sólo una advertencia. Se le ocurrió que era un arma blanca, y se puso más nerviosa.

Empezó a desear que alguien la ayudara pronto, si no, no imaginaba como acabaría, solo por separarse de sus amigas.

Kaname iba caminando por la calle, dirigiendose a la tienda, pero su tranquilidad terminó con un grito,de una mujer.

Preocupado, acudió al lugar desde donde provenía la alerta, alguien, probablemente, estaba en problemas, y cuando llegó al lugar, se encontró con una situación realmente incomoda, una chica estaba siendo manoseada en el callejón.

Claro, no se quedaría de brazos cruzados, y se acercó al sujeto, para apartarlo de la chica de un empujon logro liberar a la chica, que estaba al borde de las lágrimas de desesperación.

El sujeto se alejó, parecía ebrio o algo, pero se fue por la calle, mientras todos lo evitaban.

Luego de toda la ayuda Kaname pregunta
-¿estás bien? ¿No te hizo daño?

Pero ella se quedo callada.

De pronto llegó su salvación, y cuando todo terminó, se quedó mirando al joven, apuesto y de buen porte, pero no pudo decir nada, estaba tan asustada aun, que estuvo a punto de desmayarse.

Y luego de varios minutos en los que sólo pudo aferrarse al chico, asintió.- Es... estoy bien... -Su voz fue muy baja, producto del miedo que aun sentía.

- Gracias... -Lo miró avergonzada luego de todo.

kaname estaba feliz por que no le habia pasado nada, se ofrecio a acompañarla hasta su casa. Ninguno de los dos hablaban, estaban callados. Llegaron hasta la casa de ella, ahi se despidieron. Luego se dirigio a la tienda.


Al dia siguiente, Kaname se dirigia a la escuela. Era su primer dia de clases, estaba un poco nervioso.

Comenzaban las clases y la profesora lo presento a su clase. Kaname se dio cuenta que la chica que habia salvado estaba en su misma clase. Estaba un poco feliz por encontrarse nuevamente con ella.

El se sentaba a su lado, despues de clases Kaname la estaba buscando para hablar con ella.

Todo fue rápido, nerviosa, dejó que el muchacho la acompañara a casa, y no mencionó nada a su familia.

Al día siguiente, mucho más tranquila luego de dormirse temprano, fue como siempre a la escuela.

Su sorpresa del día fue ver al chico que la ayudó entrar a su salón, y sentarse a su lado, claro, tímida como era las primeras veces, evitó mirarlo fijo durante la clase, pero después de esta, lo buscó también. Hasta que se lo encontró en el pasillo, sin saber su nombre, sólo se le acercó antes de perderlo de vista, y le afirmó el brazo, y cuando él volteó, dijo:- Hola… -Su voz fue suave, no nerviosa como la de ayer.