Y hoy me dirijo hacia... [Libre]

Después de clases, acostumbraba a salir, a veces con su hermano, a veces sola. Ahora era sola. El cielo estaba medianamente oscuro, el parque no estaba vació, y ya estaba iluminado, ya oscurecería, pero no era tarde aun.

Como siempre, caminaba en silencio. Aun asi divertida, mirando lo que la casi completa quietud podía darle, a veces miraba las pocas nubes y el cielo que llego a un punto en que su color era púrpura en ciertos sectores.

Su largo cabello, recogido como siempre en una cola, se movía al compás de sus pasos. Su vestimenta era casual, con unos pantalones cuadriculados de color claro, con finas líneas rosas. Su blusa sin mangas combinaba con esas líneas, y sus zapatos eran algo más oscuros. También llevaba entre las manos un suéter gris claro con líneas azuladas y rosas separadas entre si.

En el sendero ancho que recorría, había una planta de flores hermosas, que no vio nunca antes, y se las quedó mirando sin dejar de avanzar, y en su distracción, chocó suavemente, pero de frente con alguien, lo que la hizo mirar al frente.- Lo siento... -Salió de sus labios antes de enfocar el rostro de el desconocido.

Tarde, llegaba tarde… Si llegaba a retrasarse en llegar a casa sus tíos le darían una buena bronca… Y realmente no quería discutir con nadie.
Corrió en cuando sus pies le permitían, incluso llegó a saltar de una de las pequeñas vayas que había por el medio.
Claro, si no se hubiera distraído en clase no le habrían castigado y si no le hubieran castigado no tendría por que estar corriendo por el parque.

Ya era tarde, así que empezó acelerar lo máximo que podía sin embargo tuvo que frenar ya que se encontró con un pequeño gato por el medio, cosa que para no llegar a chocarse con él se detuvo en seco.
Resopló para después rodearle y volver a salir corriendo, giró por un momento su rostro para poder ver a aquel gato.

Parpadeó y en cuando iba a girar el rostro nuevamente llegó a toparse contra un cuerpo cálido, ante ello incluso retrocedió por el impacto.
Se quejó un poco ante el choque para después escuchar una disculpa cosa que rápidamente negó con el rostro e hizo una pequeña reverencia. –No se disculpe, fue mí culpa por no mirar por donde iba…- Después de la reverencia abrió sus parpados para poder contemplar a aquel o aquella con quien se estaba disculpando.

Encontrándose con una hermosa mujer, parpadeó y movió un poco sus orejas felinas, para después deslizar su mirada hacia las supuestas flores que habían, realmente eran hermosas…

- Quizás fue culpa de ambos… -Sonrió despacio.

Notó el movimiento de sus orejas y de pronto se sintió atraída por esas orejitas plateadas, y por reflejo de esa atracción, le tocó las orejas.

- Ah… tus orejas son tan lindas… las mías no eran así… parecía un perro callejero… -Un motivo por el cual quizás se deshizo de ellas, no sola.

Y bajó sus manos después de un rato, pero rápido.- Lo siento… -Se avergonzó un poco, y sonrió así, avergonzada.- Espero… no haberte… incomodado… -Murmuró.

Al es escuchar a la joven condujo sus parpados hacia ella, cosa que observó su sonrisa, cual no tardó en corresponderle de igual manera.
Sin embargo al notar como le tocaba las orejas le dio un leve escalofrío, dejando escapar un pequeño suspiro a la vez que las bajaba un poco.

Pero al escucharla le miró con sus parpado un tanto entrecerrados, curvando un poco sus labios, aun así el contacto de aquellas suaves manos contra sus orejas se deshizo como rápidamente había apareció.
Parpadeó y ladeó un tanto el rostro, deslizando su mirada hacia arriba de la cabeza de la otra, cierto… No tenía orejas, eso significa que ya era adulta.

Sin embargo la miró de nuevo ante sus palabras de disculpa cosa que negó con el rostro con cierta velocidad. –No se preocupe, no me molestó.- Aseguró formulando una pequeña sonrisa en sus labios para poder tranquilizarla.

Sonrió aliviada al saber que no le molestaba.- No me hables de usted... no soy mucho mayor que tu... -Se inclinó un poco para quedar mirandolo a los ojos, a una distancia prudente.- Me llamo Rin... y creo que... ibas con prisa... -Se irguió.

- A menos que quieras acompañarme a dar la vuelta... niño con lindas orejitas... -Sonrió.- Después de todo, voy sola... y es aburrido no hablar con nadie... -No podía evitar tratar a ese chico como a sus queridos gatos. Sin timidez mucha.

Ante sus palabras asintió con el rostro, sin embargo antes sus últimas palabras abrió sus luceros, cierto, que llegaba tarde a su casa...
Sin embargo.... Una vez que escuchó su proposición se le quedó mirando, bueno... Llegaría tarde, pero... Tampoco era cosa de dejarla sola a esas horas...
Resopló y se la quedó mirando ante sus palanas... "¿Niño con lindas orejitas?" Aquello hizo que parpadeara atónito.

Pero rápidamente negó con el rostro para volver en sí. -Eh... Mí nombre es Allen.- Mencionó sonriendole y a los pocos segundos asentir con el rostro. -Te acompañaré a dar una vuelta, Rin.- Afirmó mientras que mantenia su sonrisa entre sus labios.

Sonrió complacida.- Genial... -Se dió media vuelta, y comenzó a caminar, mirandolo a ver si lo seguía.

Claro, caminaría el regreso a casa acompañada hasta cierto punto, donde tuvieran que separarse para cada uno seguir su camino, pero aunue fuera un pequeño recorrido, estaría bien.

- Allen... -Meditó ese nombre un instante.- Que nombre más bonito... -Lo miró y enfocó sus ojos.- Eres muy bajito... -Le puso la mano en la cabeza, y se preguntó que edad tendría aquel chico, siendo tan bajito.- Woow... -Sonrió con suficiencia.

Al escucharla le devolvió la sonrisa para después caminar una vez que esta lo hizo, al principio se situaba detrás de ella pero poco a poco se fue colocando a su lado.
No estaría mal dar una vuelta, aun que después… Bueno, ya diría algo ante ello a sus tíos, así que no hay por que preocuparse.

Una vez que nombre fue pronunciado le miró en espera de lo que iba a decir, cosa que al escucharle sonrió de manera tierna, pero ante el segundo comentario entrecerró sus parpados a la vez que fruncía un poco el entrecejo, y ante aquella mano encima de su cabeza infló mofletes infantilmente. –No soy tan pequeño…- Modificó, cierto que era pequeño, pero que se le iba hacer…

Pero no pudo evitar sonreír nuevamente, volviendo a mirar a la joven, pero en sí cierta curiosidad le invadió, ¿qué edad tendría? Se veía bien joven… Pero sabía que preguntar eso es cosa de grosería, así que prefirió no decir nada.
Sin embargo quiso preguntarle otra cosa, se quedó unos segundos pensando en tratar de recordar el nombre. –Rin.- La llamó suavemente. -¿Vives muy lejos de aquí?- Preguntó finalmente haciendo que sus orejas felinas se movieran.

- Lo siento… -Arregló su “error”, sonriendo suave, en señal de disculpa.- Es que cuando hablo con chicos… normalmente son más altos… -Murmuró.- Pero tu estás bien así, Allen… va con tus orejas… -Sus mejillas se pusieron algo rojas al sonreírle amable, más que nada porque seguía lamentando haberlo molestado.

- ¿Huh? –Había mirado al frente, cuando escuchó que la llamaba.- Bueno… a final del parque… luego camino algunas calles… y eso es todo… ¿Por qué? –El cielo ya estaba oscuro, y se notaban unas pocas estrellas.

En cuando escuchó su disculpa mantuvo su sonrísa entre sus labios para después negar con el rostro. -No te preocupes.- Afirmó mientras que deslizaba sus luceros hacía otro lado, más, al escucharla llegó a curvar un poco sus labios mientras que se sonrojaba un poco, casi sin notarse, normal que le pasara eso, con tantos alagos...

Resopló para después volver a mirarle, escuchando la respuesta que esperaba, sonrió por una vez más y pasó su brazo por detrás de su propía cabeza. -Pues... Por que no estaría mal acompañarte hasta tú casa.- Mantuvo su sonrísa un tanto tímida.
Tampoco era momento de dejar a una mujer sola bagar por las calles, así que quizá sería mejor acompañarla. -Pero eso si quieres.- Modificó parpadenado.

- Bien… -Dijo. Ya sin preocuparse por nada.

Escuchó sus intenciones y sonrió.- que amable eres… -Lo miró sin borrar esa sonrisa.- Pero… no tienes que molestarte, siempre recorro este camino a casa… -Negó con la cabeza.- No importa. Acompáñame –Dijo finalmente, deteniendo su andar un segundo, para ponerse su suéter, lindo y rayado. Se alcanzaba a ver por debajo del escote la camiseta sin mangas que llevaba.

Rápido, continuó caminando, y lo miraba a cada instante, fijando en sus partes más felinas, orejas y cola, y pronto se vio tentada a acariciar una de sus orejas, con delicadeza, usando las yemas de sus dedos delicados.

Se la quedó mirando, llegando a entrecerrar sus luceros azulados, más curvó un poco sus labios, pero… No podría dejarla sola, era bastante tarde… Tan solo resopló y deslizó su mirada hacía otro lado hasta que… Ya no escuchó los supuestos pasos de la chica, cual giró su cuerpo a mirarla, observando como se ponía un suerte, claro… Empezaba a refrescar…

En cuando prosiguió caminando le sonrió y esperó a que este a su lado para caminar conjunto a ella, sin embargo, al sentir aquellos dedos pasar por su oreja, esta se movió por reacción, sin embargo curvó los labios ante ello, más llegó a dejar escapar un suspiro. –Ugh…- Sus orejas era como un pequeño punto débil que tenía, aparte de otros, por esa razón no le gustaba que le tocaran las orejas, pero precisamente no le gritaría a una mujer, cosa que se aguardó todo para sí mismo.

-Hace… Una noche… Bonita… ¿No?- Intentó cambiar de tema, mientras que le miraba sonriente, pero un tanto nervioso por aquel contacto de los dedos de la dama.

Sonrió divertida, sin dejar que lo notara, sabía que le molestaba, y sólo por ser un poquito juguetona, lo hizo durante pocos segundos más, hasta que lo escuchó hablar, ahí se detuvo dos segundos después, y bajó su mano, y se acomoda las mangas del suéter de modo que le cubran un poco las manos.

- Si… -Asintió suave, sonriente.- Eres muy joven, ¿Me equivoco? –Había notado los nervios del chico, lo que le hizo pensar varias cosas sobre él.